jueves, 8 de septiembre de 2011

No hay rebelión sin rebeldes.

Si empezamos nombrando rebeldes, empecemos por el que mejor nos representa desde que tenemos uso de razón y al cual rendimos homenaje cada año nada más y nada menos que con una fecha patria de nuestro calendario.


 José de San Martín (1778-1850), revolucionario argentino y sudamericano, fue uno de los principales líderes del movimiento Independencia en Sud América.

En 1784 se traslada a España con su familia, donde estudia primero en el Seminario de Nobles de Madrid y luego, en 1789, inicia su carrera militar en el regimiento de Murcia. Sirve en las filas de España durante las guerras contra los franceses y en 1808 combate en la batalla de Baylén contra los ejércitos de Napoleón que habían invadido la Península.

En Cádiz
conoce a otros militares de América del Sur y se enrola en las logias que promovían la independencia. En 1811 renuncia a su carrera militar en España y se embarca desde Inglaterra hacia el Río de la Plata en la fragata George Canning, donde arriba el 9 de marzo de 1812 acompañado por otros patriotas.

El gobierno independiente de Buenos Aires acepta los servicios de San Martín, reconoce su grado de Teniente Coronel y le encarga crear un cuerpo de combate que luego sería el glorioso regimiento de Granaderos a Caballo. En ese mismo año se casa con María de los Remedios de Escalada, que pertenecía a una distinguida familia del país y crea la logia Lautaro, cuyo objetivo era liberar América del Sur del yugo español.

En 1817 incentivó a la fuerza rebelde a cruzar la Cordillera de los Andes a la altura de la provincia de Mendoza, derrotó a los españoles en Chacabuco, Chile y ocupó la capital chilena, Santiago. En 1818, siguiendo su decisiva victoria en Maipú, se estableció un gobierno nacional en Chile pero rechazó la presidencia a favor de su Teniente, el chileno General Bernardo O´Higgins.

En 1820 San Martín organizó una expedición para liberar a Perú del dominio español. Derrotó al ejército español en Pisco en diciembre de 1820 y ocupó Lima, donde, un 28 de julio se proclamó la independencia del Perú y fue declarado protector del país. Al año siguiente, la resistencia española lo forzó a requerir ayuda militar del General y libertador de Venezuela Simón Bolívar. Los dos tenían diferencias políticas y en septiembre de 1822, San Martín resignó su posición a favor de Bolívar. En 1824 San Martín fue a Europa, donde se quedó hasta su muerte en Boulogne, Francia, un 17 de agosto de 1850.

Nuestro Mayor Héroe…, el primer Rebelde Argentino!

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